Restauración

Consolidación y conservación

Un aspecto fundamental de este Proyecto de Investigación es el la realización de trabajos restauración tanto de los bienes inmuebles (edificios, estructuras murarias, etc) como bienes muebles (objetos de cultura material, cerámica, metales, vidrios, etc.). La conservación hace referencia a todas aquellas medidas encaminadas a garantizar y salvaguardar la estabilidad física del material arqueológico procedente de la excavación y de la prospección arqueológica y que en función de su naturaleza química, de su consistencia física y de las condiciones de enterramiento y extracción, así como de los procesos postdeposicionales que haya sufrido, requerirá la aplicación de los medios adecuados. Hay que tener en cuenta que en un primer momento los materiales procedentes del yacimiento han de ser objeto de clasificación y estudio, por lo que no se deben adoptar medidas que puedan interferir en los resultados de esta investigación. Las labores de conservación han de estar incardinadas en los trabajos de investigación para contribuir al logro de sus éxitos. Los tratamientos de restauración serán todos aquéllos que, además de la conservación del material, afecten a su puesta en valor con fines expositivos o que por las características particulares del objeto, y de cara a posibilitar el trabajo del investigador, se requiera de alguna intervención de consolidación, limpieza, anastilosis, etc.

Estructuras

Los trabajos de restauración y consolidación sobre bienes inmuebles deben tener en cuenta la aplicación del método estratigráfico al análisis de los edificios y estructuras murarias, que suelen ser formaciones pluriestragráficas. La aplicación del método debe diferenciar la cronología y periodización de los elementos estratigráficos que componen las estructuras y que son resultado de una adicción histórica que ha deparado su su estado actual. El análisis estratigráfico también analiza los procesos destructivos y constructivos que sufrieron. El paso previo que hay que llevar a cabo en el proceso de restauración es la definición de las diferentes fases históricas de las estructuras que van a ser objeto de restauración, incluyendo la adscripción cronológica de cada uno de sus elementos. Es decir definir el proceso de transformación en el tiempo. Una vez llevado a cabo será posible adoptar la decisión de que debe ser eliminado y que ser conservado. Así se podrá recuperar y restaurar las fases de las estructuras o edificios exhumados que se valoran como de interés. Para ello se han de realizar tres tipos de actuaciones:

  • Eliminación de materiales valorando la importancia de la estructura de los mismos.
  • Adición de materiales valorando el impacto que puede causar en las relaciones estratigráficas previamente documentadas. La adicción debe ser reversible ya que significa una nueva aportación estratigráfica por lo que debe diferenciarse el material que va a ser empleado, las nuevas relaciones estratigráficas, y se debe evitar la destrucción u ocultación de las relaciones de temporalidad que previamente han debido de ser documentadas.
  • Cubrición de las estructuras de forma inmediata una vez realizada su correcta documentación mientras se lleva a cabo el diseño de su puesta en valor. La cubrición se debe realizar con medios no agresivos, árido sobre un geotextil y una actuación de soporte para evitar el deterioro, sobre todo teniendo en cuenta en algunos casos la pendiente es muy acentuada. Aquellas estructuras que no se incluyan dentro del proyecto de puesta en valor deben protegerse de forma definitiva.

El resultado final de la restauración del yacimiento y los materiales arqueológicos extraídos debe permitir al visitante una visión comprensiva tanto de las estructuras o edificios restaurados como del conjunto al que pertenecen.

Cerámica

La presencia de una amplia gama de variantes tipológicas y tecnológicas obliga a poner mucha atención en su proceso de recogida y estudio para evitar la pérdida de información debida a la fragilidad de algunos elementos como los engobes o el vidriado que fácilmente se confunde con las capas de tierra y pueden ser eliminados en un lavado poco cuidado.

Al ser la cerámica el fósil guía del arqueólogo, también es el que más tiempo está en estudio y más manipulaciones recibe. A excepción de situaciones especiales de fragilidad o por otras circunstancias, es el arqueólogo quien realiza la recuperación de la cerámica. La cerámica es embolsada y guardada en cajas acolchadas para evitar vibraciones y golpes hasta el momento de su lavado y siglado.

Las características del suelo calcáreo del yacimiento provoca que la cerámica aparezca con una gruesa capa de carbonatos que tapan la superficie. Durante el lavado será evitada la abrasión excesiva. Se eliminará la tierra que se desprenda mediante procedimiento mecánico con cepillo, la capa de carbonatos, cuando sea necesario por necesidades de la investigación, se eliminará mediante procedimiento químico con una solución de ácido nítrico al 10% en agua de forma controlada por un restaurador especializado y posterior neutralización y desalado por inmersión en agua desmineralizada. Tras la limpieza química se realizará una consolidación con silicato de etilo.

 El siglado se realizará se realiza con un criterio totalmente diferenciador y reversible. Se aplicará con pincel una película de ParaloidB72 en la superficie sobre la que se va a escribir. Se emplea tinta china utilizando Rotring del 0’1 o rotuladores indelebles del diámetro más fino. Cuando el objeto sea de color negro, se utilizará acuarela blanca con pincel sobre el estrato de intervención, indicado anteriormente garantizando la perfecta reversibilidad del mismo. Para realizar el pegado o anastilosis de fragmentos se utiliza adhesivo nitrocelulósico evitando dejar restos de cintas adhesivas en superficie.

En cuanto al embalaje de las piezas, este es adecuado al fragmento o conjunto de fragmentos que garantice su estabilidad evitando fricciones y golpes y facilite el acceso y consulta del objeto durante su estudio. De esta manera se emplean planchas troqueladas de espuma de polietileno embolsadas adecuadas al tamaño del objeto. Las cajas de embalaje son de polietileno superponible con tapadera.

Los tratamientos de restauración llevan a cabo atendiendo a las particularidades de los objetos previa selección y planificación de la intervención a criterio de la dirección del proyecto.

Metales

En el caso de los metales, se sigue una metodología que atiende al criterio de mantener unas condiciones de estabilidad con respecto a la humedad y las vibraciones ya que se trata e materiales muy sensibles desde el punto de vista químico y físico.

En el momento de la recuperación los restos metálicos son embolsados de forma individual en bolsas con cierre hermético y se guardan en cajas para que protegerlos del sol con el fin de evitar condensaciones de agua en el interior. En la caja se acolchan las bolsas para evitar roturas por golpes. En caso de que el objeto de metal necesitase un tratamiento más delicado, se procedería como en el caso anterior al engasado del elemento y a su encapsulado rígido para la extracción.

Hay que señalas que cuando se proceda al estudio del metal o sea necesario revisar las condiciones de almacenamiento se tienen en cuenta las particularidades de cada objeto.

Cuando se estime necesario se realiza una limpieza mecánica con torno eléctrico para eliminar las capas de tierra adheridas a la superficie del metal y facilitar el trabajo de estudio del investigador. Si tras esta intervención se viese que el objeto presenta un grado de fragilidad que amenace con su rotura se aplicará una consolidación con Paraloid B72 como medida de urgencia.

En una segunda fase se realizará un tratamiento de estabilización más a fondo, tras considerar el volumen y el estado de conservación de los metales, lo cual conllevará una planificación previa de personas y medios necesarios para efectuar una intervención tan delicada.

Básicamente los tratamientos de los metales seguirán el siguiente esquema que variará en función de la naturaleza de cada metal:

  • Limpieza mecánica con cepillo de distinta dureza y torno eléctrico.
  • Desalación mediante inmersión en agua destilada con el inhibidor de corrosión que corresponda a cada metal.
  • Estabilización, adecuada a cada material.
  • Consolidación preventiva con Paraloid B72 en disolvente orgánico.
  • Siglado.
  • Embalaje sobre planchas de espuma de polietileno troquelada al tamaño del fragmento.

Vidrios

La extremada fragilidad de este material requiere proceder a la extracción y embolsado con la máxima precaución. Para ello se emplean bandejas de polietileno para que los fragmentos no rueden y se fracturen. La limpieza se lleva a cabo con cepillo suave y agua desmineralizada.

El embalaje y almacenamiento se realiza en bandejas troqueladas de espuma de polietileno en bolsas estancas. Las cajas de embalaje son de polietileno superponible con tapadera.

Materiales orgánicos

Dentro de este grupo de materiales el más abundante es el hueso, el cual requiere en el momento de la extracción que las condiciones de humedad no se alteren.

Durante la prospección se procederá a la protección mediante un revestimiento de papel de aluminio y embolsado en bolsa hermética en el caso de que se considere que los restos óseos que se encuentren puedan ser de antigua cronología. Los restos se guardan en cajas que deben garantizar la estanqueidad y resistencia al peso.

Para su estudio, en caso de que sea necesario, se lleva a cabo una limpieza mecánica con cepillado suave y agua destilada. Si fuese necesario por la fragilidad del material se pueden consolidar con alcohol de polivinilo.

El embalaje debe garantizar la estabilidad física del material y aislamiento de los cambios de humedad relativa del ambiente.

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