El equipo de Malpica trabaja para dilucidar el tipo de sociedad que habitaba en la zona de la alcazaba
«Un arqueólogo es como un forense, que coge el cuerpo de un muerto y tiene que saber cómo estuvo ese hombre o esa mujer antes de morirse». El director de las excavaciones de Medina Elvira, Antonio Malpica, describe con estas palabras la labor de su equipo en los restos de una ciudad que tuvo vida entre los siglos VIII y XI.
Un solo mes ha sido necesario para que el equipo de Malpica comience a desenterrar el pasado de los atarfeños. Los primeros resultados del trabajo diario comienzan a saltar a la vista. Una serie de salas rectangulares empiezan a aflorar en la zona de la alcazaba. «Tenemos que descubrir si cada una es una sola vivienda o si forman parte de un complejo más grande con una organización distinta», explica Malpica.
La veintena de arqueólogos que trabajan sobre dos zonas de unos 500 metros cuadrados de la parte de la alcazaba tendrán que verificar si se trata de una estructura única o relacionada con otras. «El concepto de casa en épocas más articuladas, como la de Al-Andalus es distinta: un patio central y las dependencias alrededor», apunta el director de las excavaciones. «Hay que estudiar esta organización global para descubrir si aquí vivían familias de un solo núcleo o se trataba de una sociedad con una familia muy extensa», relata.
Distribución urbana
El equipo de Malpica deberá continuar con sus excavaciones lentamente. Sin embargo, la zona sobre la que trabajan podría conocerse antes de que finalice octubre. Según el director del proyecto, un mes podría ser suficiente para descubrir si había calles, plazas, cómo se distribuían las casas, si tenían alguna relación con la muralla e, incluso, tener una idea aproximada del tipo de sociedad que habitaba la zona.
Unos hallazgos que permitirán continuar los trabajos en la cumbre del Cerro del Sombrerete. Los trabajos sobre el terreno se desarrollan de manera paralela a la adecuación de una nave que servirá de centro de operaciones para los arqueólogos. Las obras de adecuación, que comienzan hoy, permitirán al equipo de Malpica contar con un espacio para estudiar y clasificar los restos. «Además queremos que el exterior se convierta en un parque arqueológico infantil para los más pequeños», anunció la directora de la Oficina Técnica de Medina Elvira, Francisca Fuillerat.
