El lunes comienzan las excavaciones arqueológicas, un proyecto de seis años que descubrirá una ciudad enterrada desde el siglo XI.
En pocas ocasiones se puede investigar una ciudad fosilizada sobre la que no se ha edificado en la modernidad, sin añadidos del tiempo y de otras civilizaciones. Es el caso de Medina Elvira, el único yacimiento arqueológico existente en Europa donde se podrá estudiar cómo fue la transformación de una ciudad antigua a una de origen árabe. Los arqueólogos europeos han mostrado su interés por unas excavaciones que revelarán cómo fue ese periodo de transición, el paso de una sociedad tardorromana o visigoda a una de origen islámico, un periodo de la historia que va del siglo III al XI, y que es de los menos conocidos por los especialistas. Muchas y variadas son las teorías de cómo los visigodos recibieron a los musulmanes.
¿Acogieron el Islam como una herejía más? ¿Fueron dominados por la fuerza? ¿Convivieron las dos sociedades? Estas y otras cuestiones podrán ser respondidas a la luz de los trabajos que se iniciarán el próximo lunes en el Cerro del Sombrerete, en la localidad de Atarfe. Un importante y ambicioso proyecto de excavación sistemática que se inicia este año por parte del grupo de Investigación Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada, dirigido por el catedrático Antonio Malpica Cuello y financiada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Atarfe.
El yacimiento se encuentra cercano a Granada, en el municipio de Atarfe, en la falda y pie de monte de Sierra Elvira. Tras un proceso de varios años, el lugar ha sido declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía. El perímetro protegido es muy amplio y alcanza las 330 hectáreas. El equipo de Antonio Malpica acometerá una primera fase, consistente en una campaña de excavación de dos meses de duración que se centrará en el cerro del Sombrerete. Un equipo que, según el turno e intensidad del trabajo, oscila entre las veinte y cuarenta personas
En el verano de 2001 ya se llevaron a cabo excavaciones de urgencia en este lugar por parte del mismo grupo. En aquella intervención se puso de manifiesto que la zona desempeñaba un importante papel en la organización del espacio urbano, ya que se trata de la alcazaba de la ciudad, que se encontraba rodeada por una muralla y dentro de la cual se organizaba una zona residencial de cierta importancia. Los trabajos de este año pretenden continuar las tareas iniciadas entonces para completar el conocimiento sobre esta parte de la ciudad de Medina Elvira.
La excavación se ceñirá a las viviendas localizadas junto a la Alcazaba, en el Cerro del Sombrerete. «Son viviendas de grandes dimensiones y que están organizadas urbanísticamente», comenta el medievalista Antonio Malpica. La investigación de estos asentamientos urbanos pretende dilucidar la relación de esta zona alta con la baja, y saber si se trata de un asentamiento rural anterior al urbano, situado a los pies del Cerro del Sombrerete. Los restos de estas casas se encuentran organizados en forma de terrazas, aprovechando los materiales de la zona, de ahí que «vaya a ser difícil la identificación y saber concretamente qué parte de las rocas son muros o restos de las casas», comenta el director del proyecto arqueológico.
Cualquier persona no especialista que se acerque a la zona no sabría diferenciar las rocas de los muros, «pero es que hay que saber mirar y esto es como cuando nos enseñan una radiografía, que debe ser traducida por el médico, que en este caso es el arqueólogo», explica el medievalista.
La dimensión de las viviendas se traduce en un origen árabe si es de gran tamaño, «porque si son pequeñas no son árabes, ya que la sociedad musulmana convive en tribus o clanes».
Otro de los motivos que ha impulsado a iniciar la excavación en los alrededores de la Alcazaba, en el reborde de la cima del cerro, ha sido establecer la situación de la mezquita, que se encontraría, según las primeras estimaciones, a los pies del Cerro del Sombrerete.
La ciudad se habría originado en esa parte alta, donde se asentaron los campesinos. Esa sociedad campesina empezaría a generar excedentes agrarios, que posteriormente ocasionarían un mercado, lo que daría lugar a la aparición del Estado con la mezquita. «Es por este motivo que se hable del distrito de Elvira y no de la ciudad, de ahí que queramos verificar si hubo un asentamiento rural anterior al urbano», comenta el arqueólogo. «La forma simple y sencilla en la que están construidas estas viviendas junto a la alcazaba indica ese posible origen rural, porque los campesinos no eran especialistas constructores».
Antonio Malpica advierte que «no será una excavación de grandes hallazgos y lo que pretendemos es hacer un buen trabajo científico». No obstante, los descubrimientos que se produzcan en la zona llana, al pie del Sombrerete, en un inmenso olivar, se presentan espectaculares. «Hicimos sondeos en esta zona, donde se aplicó el geo-radar, y todas las previsiones se han quedado pequeñas», anuncia el especialista. En el llano se buscará la mezquita, pero en estos terrenos ya se han encontrado y señalizado numerosos pozos, que indicarían la trayectoria de las calles así como la población existente, tras estimar el caudal y demás detalles de estos restos. «Estamos ante una enorme ciudad fosilizada, que sólo hay que revelarla, la única que dio el paso del tardorromano o visigodo al mundo árabe, y la única sobre la que no se ha levantado una nueva urbe», destaca Antonio Malpica.
Los trabajos que comenzarán el próximo lunes inician un proyecto que tendrá seis años de duración y que intenta destapar una ciudad enterrada desde el siglo XI. Otro de los misterios que quedan por resolver es saber por qué se abandonó Elvira, las causas de la desaparición de esta ciudad sobre las que se vierten diferentes teorías.